jueves, 6 de marzo de 2008

Te están observando

Paseaba ayer por las cumbres pirenaicas, disfrutando de las impresionantes panorámicas que se divisan desde cada una de ellas, cuando me puse a pensar en los vértices geodésicos, así que me puse a buscar cositas, muchas de las cuales ya me habían contado en clase.

Los vértices geodésicos son esas moles de hormigón que salpican el mote en los puntos de mejores vistas o, diciéndolo de otro modo, cilindros de aproximadamente 1,20m de altura sobre un pedestal de 1m de lado, que se sitúan en puntos geográficos estratégicos, con altura tal que se pueda divisar un amplio horizonte y, por supuesto otros vértices.

Los vértices forman parte de una red triangular integrada por muchos, muchos pedestales repartidos por toda la geografía mundial. Desde cada uno se divisan los vértices de los triángulos que forman. Las redes se clasifican en tres grupos: las de primer, segundo y tercer orden y se diferencian por el tamaño de los triángulos, las de primer orden se separan entre sí unos 40 Km., las de segundo entre 15 y 20 y las de tercer orden entre 4 y 5 km. Los de primer orden son a la vez vértices de las de segundo y todos ellos de las de tercer orden.
Desde todos los puntos se tiene que poder ver uno (exceptuaremos ciudades, por eso de las moles de hormigón que tapan hasta la luz del sol).
Sus coordenadas están perfectamente definidas y desde ellos se realizan tanto los trabajos geodésicos como los topográficos. Sobre ellos se colocan los aparatos de estacionamiento para estudios topográficos y se toman los puntos con referencia al vértice que es conocido (en las prácticas de la uni utilizamos el vértice del castillo situado en el cerro San Miguel)


Pero todo esto no es lo que me venía anoche a la cabeza, saber estas cosas está muy bien, pero a mi lo que realmente me lleva a pensar en los vértices, y siempre lo pienso cuando veo uno, es como leches han instalado un muerto de hormigón de tales dimensiones en un jorobado picacho perdido en cualquier cordillera (Monte Perdido sin ir más lejos tiene uno y subir no es precisamente fácil). Y la respuesta es simple, aunque resulte subrealista imaginar a los pobres serpas con el saco de hormigón y la arena a la espalda. La mayoría son fabricados “in situ” con un encofrado (molde) normal y corriente, con una pequeña cimentación bajo ellos para que no se trasladen demasiado. En otros casos son prefabricados que se elevan en el aire y se colocan en su sitio exacto, pero supongo que será lo menos común, ya que debe costar lo suyo.

Por ultimo añadir que no solo nos podemos encontrar vértices en el monte, según la Espasa, los hay en lo alto de edificios públicos, eso si, yo todavía no he visto ninguno, ah, y que en Madrid hay nada menos que 21 vértices.

8 comentarios:

Isam dijo...

¿En los edificios también hay puntos geodésicos? vaya... yo sólo los he visto en algunos picos por la montaña.

Nymeria dijo...

Querría aclarar que los serpas no pueden llevar sacos de hormigón a la espalda, pork eso es imposible, llevan sacos de cemento.
Para quien quiera saber algo más, este mes han sacado un árticulo sobre vértices geodésicos para mi total indignación

Anónimo dijo...

Hay uno cerquita de mi pueblo, me he subido miles de veces y no he visto los otros, la proxima vez me fijare

Isam dijo...

Yo, ahora que lo pienso, cuando he subido a alguno por la sierra de Madrid, tampoco me he fijado si se veían más desde allí. Ahora sabiendo que forman triángulos me fijaré.

Anita dijo...

Pobresitos sherpas? os los imagináis con el bloque de hormigón a cuestas? serían los super-sherpas! (en fin, si, el humor este nocturno que tengo es acojonante). Artículo chulo Julia!

Isam dijo...

Que no suben hormigón Anita, que suben cemento! jejeje

Anita dijo...

lo se, lo se! pero yo me hacía la idea con el hormigón, q anda q no sería jodido ni nada, xD

Anónimo dijo...

jajja me encanta mi anitta con ese humor juasjuas

haber cndo nus vemos guapaaaa¡¡¡que vivimos al lado y no nos vempos solo veo a tu hermanaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡

un beso muy fuerte guapa